Celebramos hoy la Ascensión del Señor a los Cielos, que en el refranero popular entraba en uno “de los jueves que brillan más que el sol”.
Es cierto que somos ciudadanos del cielo, que peregrinan en la tierra, y ello nos lleva a alegrarnos porque Cristo nos prepara un sitio junto a él, pero a su vez nos compromete en esa misión de anunciar Su Buena Noticia en medio de nuestra vida.
¡Que bonito el testimonio de María, a la que hemos ido meditando en este mes de Mayo! Ella solo buscaba agradar a Dios, y ser la esclava por amor a Él. Hemos tenido la oportunidad de “hacer florecer nuestras vidas” en éste mes, bajo la protección e intercesión de María.
El miércoles comenzaremos el mes de Junio, dedicado al “Sagrado Corazón de Jesús”. El amor de un Dios, que se muestra en el misterio de la Encarnación y de la Resurrección. «Solo el corazón humilde puede entrar en el Sagrado Corazón de Jesús, conversar con Él, amarle y ser amado de Él», decía Santa Margarita María de Alacoque, quien tuvo la revelación del Corazón de Jesús. No es una devoción más, es adentrarse en la realidad de nuestra fe, por la cual sabemos que solo desde el amor de Cristo, tiene sentido nuestra Fe, tiene sentido ser Cristiano.
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