Hoy Domingo de Ramos, entre palmas y “Hosannas”, entra triunfante nuestro Maestro en Jerusalén. La circunstancia cambiará a la medida que van avanzando los días y se hace cercana a su entrega por nosotros.
Nos aproximaremos al Cenáculo, al Huerto de los Olivos, y al empedrado camino hacia el Calvario, donde Jesús nos muestra hasta donde llega el valor del amor sincero. Damos gracias por tener a Dios en el Pan Eucarístico cada día; por celebrar el banquete del Sacrificio y del Amor divino.
Tenemos por delante una Semana Santa, una oportunidad para agradecer al Señor su entrega por nosotros, para imitar el servicio que Él nos enseña. Aprovecha la semana en la que entramos, no solo para descansar o para que sean unos días más, sino porque tienes la oportunidad de “coger el relevo” que se te ofrece desde la Cruz: los brazos extendidos para abrazar la debilidad en la que te ves, para y levantarte hasta la “Vida que el Resucitado da”.
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