«Viva Cristo Rey», es la aclamación que a muchos Cristianos ha ido acompañando, sobre todo en el momento del martirio.
Es curioso ver la figura de Dios, en la icnografía de la nobleza humana, aunque lo esencial de esta festividad, es el reinado de Cristo, con el trono y la corana del Vier-nes Santo. Por ello, no es tan distante, que muchos cristianos, aclamen en el momento de su martirio, el reinado de Dios, ya que solo podemos ser felices cuando nos donamos por entero al servicio del Reino de Dios. Los mártires, no improvi-san el «dar su vida» por un acto heroico, sino que tras ha-berse imbuido en el misterio de la Fe, no pueden hacer otra cosa que vivir desde Dios, incluso morir por defen-derlo. Cada uno de nosotros, por suerte, podemos vivir la Fe desde la libertad social, pero si es cierto, que el traba-jar por el Reino de Dios y su justicia, nos debe llevar a afrontar la valentía de poner nuestras fuerzas en Dios.
Una de las festividades de esta semana, el día 22, es Santa Cecilia, mártir de la primera época. Ella supo alabar al Señor y Rey de su vida, que desde la infancia habia recibido el don de entregarse a Su Voluntad, ha-ciendo asi de su vida una «melodía agradable a Dios».
Otra festividad es la Presentación de María en el Templo, o popularmente conocida como «la Festivi-dad de la Niña María». En ella, se encuentra unida la Vo-luntad de Dios junto a la naturaleza o realidad humana.
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