Esté miércoles 2 de Marzo, iniciamos el camino Cuaresmal con el Miércoles de Ceniza. Poco a poco, quizá por cansancio o por las circunstancias que han transcurrido en estos años últimos, hemos “descafeinado” ciertas prácticas religiosas, entre ellas la preparación a la Pascua del Señor, por medio de estos cuarenta días de conversión-oración-penitencia.
El Papa Francisco, en su Mensaje para ésta Cuaresma, nos invita a meditar el capitulo 6 de la Carta de San pablo a los Gálatas; nos dice el Santo Padre: “La Cuaresma nos invita a la conversión, a cam-biar de mentalidad, para que la verdad y la belleza de nuestra vida no radiquen tanto en el poseer cuanto en el dar, no estén tanto en el acumular cuanto en sembrar el bien y compartir.” Y es cierto que cada año tenemos la oportunidad de transformar nuestras actitudes, por medio del camino cuaresmal, hasta pulir aquellos egoísmos o posturas individualistas, por medio de la oración constan-te, como sigue el Papa exponiendo: “No nos cansemos de orar. Con la pandemia hemos palpado nuestra fragilidad personal y social. Nadie se salva solo, nadie se salva sin Dios, porque sólo el misterio pascual de Jesucristo nos concede vencer las oscuras aguas de la muerte. La fe no nos exime de las tribulaciones de la vida, pero nos permite atravesarlas unidos a Dios en Cristo.”
Comienza ésta Cuaresma y renueva mente y corazón.