El Sábado, celebraremos la Solemnidad de San José, patrón de la Iglesia Universal. Ello nos debe mo-ver, después del año en el que nos hemos adentrado en su contemplación más intensa, a agradecer la figura de éste gran Santo.
Es el Esposo fiel de la Santísima Virgen María, y modelo de fidelidad vocacional. ¿Cuántas veces pensa-mos en las dificultades de nuestra vocación? San José nos enseña la dulzura en la dificultad, que radica de la con-fianza en Dios. También es el Custodio del Redentor, aquel que nos enseña a tratar “las cosas de Dios” con cui-dado. ¡Cuánto nos cuesta cuidar los pequeños detalles a Dios (un persignarnos al salir de casa, una visita a Jesús cuando pasamos por la puerta de la Iglesia….)
Celebrar a San José es, tomarnos con madurez y en serio, la vida de fe, el compromiso cristiano.