La gran verdad de éste día es: “JESÚS HA VENCIDO LA MUERTE Y NOS DA VIDA ETERNA, PARA SIEMPRE”. Esa Vida iniciada ya por el bautismo nos da fuerza para ser hijos de Dios, por eso: ¡Feliz Pascua de Resurrección!
El relato de éste Domingo muestra el asombro, la incertidumbre y la alegría, tres aspectos que nos acompañan a cada uno de nosotros en el camino de la Fe, y que en estos cincuenta días podemos celebrar en comunidad, en las diversas Celebraciones Eucarísticas.
“Sólo Él tiene hoy el derecho de anunciarnos la paz. Sólo Jesús, porque El lleva las heridas, nuestras heridas”, nos decía el Papa Francisco en la bendición Urbi et Orbi del año pasado. Es cierto que vivimos momentos de tiniebla, de dudas e incertidumbres, que nos apocan la vivencia gozosa de la Resurrección de Jesús; por ello más que nunca debemos disfrutar la Pascua, y pedirle al Dios de la vida que saque de nosotros los miedos humanos, para poner su LUZ Y ALEGRÍA.