Aclamar la Santísima Trinidad, es darnos cuenta de que en Dios existe una relación “familiar”, una realidad que vive del amor entre ellos. Es un Misterio, que un único Dios sea tres personas divinas, pero sabemos que en los grandes enigmas se encuentras las certezas más plenas.
¿Cuántas veces pensamos que Dios pueda estar lejano a nuestra realidad humana? Y es en la Solemnidad de éste Domingo donde nos damos cuenta de que “Dios es actual” por ser Trinidad, por ser dinamismo de amor hacia nosotros.
Hoy también es la Jornada Pro Orantibus, es decir, por aquellas personas que rezan por nosotros, desde la Vida Contemplativa en tantos Monasterios de nuestra geografía. «La vida contemplativa: lámparas en el camino sinodal», es el lema de este año, alentándonos a no vivir desde un “utilitarismo material” de la vida, sino reconocer el inmenso regalo de tener “lámparas de oración constante” en hombres y mujeres que desde el silencio y la oración nos cuidan a todos nosotros.
Gracias a la vida contemplativa, se mantiene la acción eclesial. Vivamos en intercesión colaborativa, ayudando cuando visitamos los monasterios, al sostenimiento de los monjes y monjas que residen allí, oremos en éste día por ellos y las vocaciones, al Dios Trinidad.
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