El Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND), que celebramos hoy, nos adentra en la tarea Evangelizadora de toda la iglesia, es decir, de todos nosotros. Bajo el lema “Seréis mis testigos”, esta Jornada, nos muestra que la llamada a los misioneros; no es una labor de ayuda social, si no una labor de evangelización, llevando en palabras y obras el mensaje evangélico de Jesús.
“Hace muy poco, el 22 del pasado mes de mayo, se beatificaba en Lyon a Pauline Marie Jaricot. Esta mujer no vivió tiempos más fáciles y cómodos que los nuestros. Era una laica de la Francia de principios del siglo XIX, llenos de reminiscencias caducas e ideológicas… Pero no pactó con el mundo que le había tocado vivir. Con una intrepidez espectacular y, sin duda, con la fuerza que da el Espíritu Santo a los que aman a Dios, ella quiso ser testigo de algo mejor, de un mundo mejor, de unas relaciones humanas mejores. Hoy muchos hombres y mujeres , de todas las condiciones —solteros, casados, sacerdotes, consagrados…— están siendo testigos de Dios por toda la tierra. Son nuestros misioneros; esas personas que han oído la voz del Redentor que las llama y están convencidas de que pueden aportar su grano de arena para que este mundo sea un poco más digno cada día.” (José María Calderón Director de Obras Misionales Pontificias en España.)
Seamos apoyo a nuestros misioneros y cojamos el relevo que ellos nos muestran.
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