Ultimamos los preparativos a la Navidad, en ésta cuarta semana del Adviento. Y es María, la que nos abre ésta semana, bajo la advocación de la Virgen de la Esperanza. Ella nos muestra, que ante las dificultades de la edad, el camino a Belén, la falta de posada, el cansancio…., todo se soluciona en la fiel esperanza en Dios, aptitud de la Virgen a lo largo de toda su vida.
La Iglesia vive con ilusión éstos días, por medio de las aclamaciones, popularmente denominadas “antífonas de la Oh”, por su forma de iniciar. ¡Oh Adonay, Pastor de la Casa de Israel, tronco de Jesé…! ¡ Ven pronto! Tenemos ganas de que Dios venga pronto, queremos recibir al salvador, nuestra vida está fría sin el amor de Dios.
Recuerda: sólo se espera lo que importa, y nuestra Madre la Virgen nos lo muestra, en esa aptitud de oración y de generosidad hacia el otro. Mira en profundidad tu interior, y de qué esta lleno, en qué está asentado.
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